¿Qué es el TDA-H? |
Se trata de un trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por distracción moderada a severa, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Tiene una muy alta respuesta al tratamiento, aunque se acompaña de altas tasas de comorbilidad psiquiátrica. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV): "Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos (p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas)". Esta disfunción neurobiológica fue reconocida primero en la edad infantil. Sin embargo, en la medida en que fue mejor comprendida, se reconoció su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta más allá de la adolescencia. Los estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado que entre el 60 y el 75% de los niños con TDAH continúa presentando los síntomas hasta la vida adulta. Históricamente este trastorno ha recibido distintas caracterizaciones e innumerables denominaciones, lo que dificulta las consultas de la literatura especializada. Cabe agregar que el acrónimo inglés ADHD (Attention-Deficit Hyperactivity Disorder) es ampliamente utilizado para referirse a este síndrome. Una vez reconocida la existencia del TDA-H, a través de un diagnóstico de un profesional médico como neuropediatra, psiquiatra infantil, psiquiatra o neurólogo, formulado en base a la clínica ya que en estos momentos no existe ningún tipo de prueba de laboratorio que pueda analizar si una persona tiene TDA-H, dicho profesional debe realizar un plan de tratamiento que debe adaptarse a las caraterísticas individuales del niño y a agentes externos, como la familia o el entorno social. Por ello, está comprobado que el tratamiento multidisciplinar es exitoso y permite una evolución postiva del trastorno. Este trabajo conjunto de diversos profesionales supone coordinar simultáneamente tratamientos de tipo farmacológico, psicológico y psicopedagógico. Ninguna de estas intervenciones es exclusiva, es decir, no puede ni debe, sustituir a las demás. La convivencia con un niño o adolescente con TDA-H no suele ser fácil. Este trastorno, como hemos dicho, puede ocasionar serios problemas en el desarrollo de una persona, entre ellos, una disminución del rendimiento académico, dificultades en la adaptación social y llegar a un futuro cargado de serios desajustes emocionales. Por esta razón, les aconsejamos que consulten a un especialista ante cualquier sospecha y que procuren que el tratamiento multimodal conviva con el Trastorno desde el primer momento. Con la detección precoz y las medidas médicas, sociales y familiares adecuadas evitaremos percances a lo largo de la vida, consiguiendo que el TDA-H forme parte de la vida de la persona sin ser un enemigo, ni un problema , con el que combatir.
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Síntomas de hiperactividad:
Síntomas de desatención:
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